Lo he dicho por lo menos diez veces en esos últimos días: los hogares del mundo serán más limpios, ordenados y tendrán muchas remodelaciones al terminar la cuarentena. Y es que en estos días al estar tanto tiempo en casa, una catarsis de la ansiedad por salir ha sido en mi caso poner repisas, pintar la fachada, armar e instalar un librero, arreglar apagadores, ordenar exhaustivamente habitaciones y depurar muchas cosas que no utilizo (aplicar "La Marie Kondo").
¿Qué más hacen los demás? La cocina es un buen lugar para incursionar. Un consejo: no compren una freidora, es una trampa mortal. De kilos mortales.