Nos invaden los chinos!!

China tiene una gran expansión comercial por el comunismo híbrido que manejan: el estado te da lo más básico de ropa, casa y comida, entonces es legal trabajar por un dolar al día, el salario mínimo viene siendo pues $0. Entonces puedes hacer maquila con mano de obra tan barata que a veces es incluso más barato hacer las cosas a mano en China que diseñar o comprar una máquina para hacerlas.

En China existen ciudades enteras con grandes condominios de lujo donde nadie vive porque todos ya tienen casa, pero te tienen que dar algo para gastarte los dólares que acumulas trabajando por casi nada pero sin gastos. Y una vez que tienes toda esa ingeniería, pues la puedes vender, algo así como Amazon que incrementó su infraestructura para sobrevivir a las compras navideñas y el resto del año le sobraba y de ahí nació Amazon Web Services.

En cuanto a la incursión asiática en México, siempre hemos tenido buena relación con ellos, hasta donde yo sé. Efectivamente con la nao llegaban muchas cosas a México, como telas de seda que dieron origen al traje de china poblana. Los famosos cacahuates japoneses son una variación de una botana japonesa (mamekashi) pero que va rellena de otra cosa, no cacahuates; los vendía un hijo de inmigrantes japoneses con su familia en La Merced, y cuando la gente preguntaba por esos cacahuates, decían que eran los de los japoneses.

Otro ejemplo muy famoso son los cafés de chinos, que eran populares en los 80s, antes de que realmente nos cayera la gastronomía oriental con todo, solo servían pan de dulce, desayunos, y el famoso café chino que es con un chorrito súper concentrado de café y el resto del vaso lleno de leche caliente. Cuando era niño íbamos al Café Lucky que está en San Cosme, y ahora me gusta ir al Kowlaan, que está en Revolución, entre Eje 3 y Viaducto, antes de llegar al Borrego Viudo (hay varios pero el Kowlaan es el perrón).

Y pues el barrio chino ahí en el centro, delimitado por las calles de López, Victoria, Dolores y 16 de Septiembre es un referente clásico, pero nunca se ha puesto más loco porque los chinos andan por todas partes. Al menos en CDMX no somos xenofóbicos, entonces los chinos nunca se han refugiado o agremiado tanto, simplemente se mezclan con la gente. Ahí en el barrio chino atiende puro chino de cabello y puro oriundo de la Agrícola Oriental.

Los que vieron su boom en los 2000s fueron los restaurantes de menú chino, como el que estaba ahí en Plaza Torres, que son de fast food y atendidos por chinos de verdad. Es lo más cercano que he visto a comunidad. Hay uno en la placita que está saliendo del metro Cuauhtémoc (creo antes se llamaba Centro Telmex) y ahí llegan chinos de verdad a comer y a platicar (en chino) con los dueños del local. Acá en Plaza Exhibimex también hay un local con chinos de verdad, y básicamente en todas las plazas. En ninguno dan limón con la comida.

Y pues ahora la nueva invasión es la de los carros chinos. Por un lado están los KIA y JAC, que son coreanos y japoneses, son buenos carros, comparables a Toyota, Nissan y Suzuki que ya estaban establecidas. Pero por otro lado tenemos unos como los MG (Morris Garages), que es una marca inglesa comprada por un fabricante chino (no el mismo que los FAW que vendían en Elektra pero parecido); lo que hacen ellos es comprar todos los kits de desarrollo de los modelos descontinuados de otras empresas (me consta que VW, pero probablemente también de Mazda y otras), y simplemente los fabrican y los llenan con todo el equipamiento que otros fabricantes te cobran a precio de lumbre: elevadores eléctricos, estéreo con pantalla y bluetooth, aire acondicionado, etc.; o los BYC que son importados por Liverpool y son 100% eléctricos, etc.

En general yo no tengo bronca. Lamento que no haya mucho en materia de industria mexicana. Ojalá que en un futuro no muy distante podamos impulsar de alguna manera el cambio de esa situación. Pero por lo pronto prefiero lo chino que lo gringo.